Leyendas, cuentos y mitos sobre barcos negros los hay a placer. Dicen que llamaban así a los primeros buques de vapor que llegaron a Japón por el humo de sus chimeneas; otros hablan de espeluznantes cuentos para niños con horrendas historias de cadáveres despedezados que resucitaban en barcos malditos; también de personajes que llamaban a la puerta y, bueno, lo que seguía pero todavía. Peores que el Lobo que se come a la abuela, a Caperucita, los cerditos y a quien se le pusiere delante... Gracias a que le abrieron las tripas y le llenaron de piedras, sino todavía está manducando. Con la mejor intención para que los niños durmieran tranquilitos, sin saber lo que es moraleja. Es posible que Piratas del Caribe se basara en alguna de esas encantadoras historias.
Aunque la realidad no es tan monstruosa. Por qué no basan las historias en cuentos maravillosos que te dejan llevar con la imaginación por esos mares tranquilos en busca de deseados tesoros tan apreciados, no por todos, pero por muchos navegantes.
Existe otra horrible realidad. Cuando aparece un inesperado navío con velas ultraligeras de un puerto amigo que se le ocurre participar. La cosa quedará entre tres, como la liga de fútbol: Papaya; Stamitz y Poc a Poc morenitos. Los demás a clasificarse.
Aunque la realidad no es tan monstruosa. Por qué no basan las historias en cuentos maravillosos que te dejan llevar con la imaginación por esos mares tranquilos en busca de deseados tesoros tan apreciados, no por todos, pero por muchos navegantes.
Existe otra horrible realidad. Cuando aparece un inesperado navío con velas ultraligeras de un puerto amigo que se le ocurre participar. La cosa quedará entre tres, como la liga de fútbol: Papaya; Stamitz y Poc a Poc morenitos. Los demás a clasificarse.
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